lunes, 12 de octubre de 2009

Brisa del alma



El viento de la fría mañana rosaba suavemente sus ojos haciéndolos lagrimear, pero eso no le importo. Saco un cigarrillo de su bolsillo, se dio cuenta que era el ultimo cigarro que le quedaba.


Cada cigarro un recuerdo, cada recuerdo un dolor, cada dolor que se trasformaba en alegría y así se consumía la última esperanza de olvidar. Las palabras que salían de sus bocas le volvían abrir aquella herida hecha por el pasado, tanto tiempo costo volver a cerrar ese corazón roto y ahora en una noche donde era imposible recordarla, apareció en su mente de nuevo perturbando completamente su vida.


Todos hablaban a su alrededor, nadie se percato que su mente había vuelto en el tiempo a aquel periodo de sufrimiento. El cigarrillo se le consumía lentamente, el cansancio se apoderaba de su cuerpo, pero aquella brisa mañanera no borraba los recuerdos. Los ojos se inundaron de lágrimas que se disfrazaban de sollozos provocados por la brisa.


Su voz callaba a su mente, su risa adormecía al dolor. Basto dejar de caminar para que su alegría apareciera lentamente

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