Los días transcurrían lentamente, sus esperanzas se perdieron, y se desvanecían como el vapor de ese café que se servia todas las mañanas en el mismo lugar.
Esos recuerdos eran mariposas que volaban sin esperanzas de retornar a su lugar.
El no entendía como si solo la vio una vez ella pudo provocar esas sensaciones tan extrañas.
Un día decidió ir de nuevo al parque pero esta vez con su cámara y fotografiar esos lugar, cada foto un lugar, cada foto un recuerdo pero ¿recuerdo de que? De nada solo del aire que ella respiro, del suelo que ella piso o simplemente de los árboles que ella miro.
Tres días después vio el revelado de las fotos, ella estaba en todas las fotos, en cada una de ellas mostraba una expresión diferente.
Esto era raro, no era ilógico pero real ella estaba ahí en las fotografías, ahí el comprendió, no era su tiempo, ni su lugar
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