domingo, 30 de agosto de 2009

Sutil y Delicado #5



Al abrir sus ojos al otro día Sofía se dio cuenta que el lugar en donde estaba le parecía desconocido. Se encontraba en una cama que no era la de ella ni la del Hotel, las paredes eran de un blanco perla muy desteñido y viejo, no tenia muebles, era un departamento de un ambiente solo se fijo en la figura desnuda de su nueva conquista preparándole el desayuno.


-¿Qué hago aquí?- Pregunto Sofía a Máximo, el sufrimiento la había hecho olvidar lo sucedido dejándose llevar por las sensaciones y emociones del momento.


-Acaso no lo recuerdas-Dijo él sonriendo sin voltearse-anoche cuando llegamos a la puerta de tu Hotel me dijiste que no querías entrar querías divertirte, bueno y fuimos a tomar unas copas y luego paso lo que ya sabes.


En ese instante Sofía recordó todo, su mente se aclaro como si las lágrimas que derramo la noche anterior la limpiaran lentamente. En ese instante ya no sabía que hacer acepto amablemente el café que Máximo.


-Bueno es hora que me vaya-dijo ella tomando sus cosas y levantándose de la silla.


-Te voy a dejar –dijo amablemente Máximo con ojos apasionados. Pero ella prefirió caminar. Mientras caminaba a su Hotel que quedaba a dos cuadras de la casa de Máximo, se acordaba de cada detalle que paso la noche anterior, como las manos de él recorrían su cuerpo y le quitaban lentamente su ropa sin dejar tiempo para que ella lo hiciera. Mientras ella lo besaba tan apasionadamente sintiéndose asfixiada por la pasión que la sacudía desde el fondo de su pecho desnudo, por ese instante olvido sus problemas, a Julián y todo lo que ella había dejado en Sevilla y se sumergió en sus más sucios pensamientos con Máximo.


Al llegar a su hotel, subió a su habitación que tenía una privilegiada vista al centro de la ciudad, se desnudo lentamente y se dio un baño de tina, sumergió su cuerpo en la espuma de sus pensamientos y se dejo llevar dejando atrás la angustia que la consumía día a día. Después de un rato seco sus lágrimas y se puso ese vestido azul, regalo de su madre en la navidad anterior que tanto le gustaba. Salió del Hotel sin destino alguno al tomarse con el primer rayo de sol en su rostro dejo que este la bañara de su luz y su destellante felicidad, quemando así sus deseos de muerte.

continuara...

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